Tras concluir su llamada Trilogía del dolor: Amores Perros, 21 gramos y Babel (me falta por ver esta última), Alejandro González Iñarritu me vuelve a estremecer con Biutiful: es una película dura, sórdida y cruel, pero al mismo tiempo llena de una belleza inefable en cada uno de sus planos y muchos de sus diálogos. Además, da que pensar, nos hace reflexionar acerca de las numerosas realidades humanas que hay a nuestro alrededor, a la vuelta de la esquina, aquellas que todos los días miramos pero no queremos ver. Os la recomiendo fervorosamente, pero os aconsejo que ese día la veáis con el traje de atormentado/a que cada uno/a guarda en su almario para permitir (como muy bien dice el trailer) que la tormenta se apodere de nosotros y nos inunde visual y emocionalmente. Esta película lo merece.Y si no encontráis vuestra miseria y su belleza ese día, no os preocupéis, el film lo hará por vosotros: no seréis los mismos cuando termine. Te pone los pelos de punta y no sólo los que solemos ver adheridos a nuestra piel precisamente.
Me sorprende este director mexicano de nuevo: en esta ocasión se ha desprovisto de su guionista habitual (Guillermo Arriaga) para lanzarse al vacío él solo con Javier Bardem, que está magnífico, casi insuperable. El personaje que encarna Bardem, Uxbal, es un traje hecho a la medida del actor, lo escribió pensando en él, como bien decía el propio Alejandro en una entrevista que pude ver hace dos días en el Canal +; es de agradecer, también, el descubrimiento de la actriz Maricel Álvarez, maravilloso el personaje que encarna y maravillosa su nariz; y la fotografía de Rodrigo Prieto. Sin palabras. Miserable belleza, bella miseria...
En cuanto a la banda sonora, destaco uno de mis conciertos favoritos de Ravel: Concierto para piano en Sol Mayor. Iñarritu elige el 2º mov. de este concierto (concierto in G) Adagio Assai, interpretado por Zoltan Kocsis, con Ivan Fischer como director de orquesta. No he encontrado este concierto en concreto. Nos conformaremos con Bernstein (que no es poco, aunque la calidad de sonido no sea muy buena). Como decía Iñarritu, Ravel era un músico adelantado a su tiempo y muy cercano al jazz en sus partituras, emotivo y entrañable (de entraña). En la entrevista que vi, el director de cine nombra a un poeta, un gran poeta: Jaime Sabines; y recita uno de sus poemas, añadiendo que la esencia del film se podría resumir con estos versos de Sabines:
Mi madre me contó que yo lloré en su vientre. A ella le dijeron: tendrá suerte. Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡vive, vive, vive! Era la muerte. |
Ravel: 2º mov. Adagio Assai
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