sábado, 29 de noviembre de 2008

SINCRONICIDADES


Para encontrar sin buscar, es preciso haber buscado mucho tiempo sin encontrar (Newton)


Es curioso, cuando no menos impredecible, cómo la vida responde a mis propios impulsos y titubeos una vez formulada la pregunta en forma de estado de ánimo, la mayoría de las veces. Sólo tengo que estar atenta, con una actitud natural: mirando como lo haría un niño y..¡ ZASSS!... puede ser un verso, una canción, las palabras entrecortadas de un "próximo" con el que me acabo de cruzar por la calle, una frase del locutor de ese programa de radio que suelo escuchar, los vocablos de ese eslogan publicitario junto a la parada de autobús..., el color "acuarelado" de este atardecer o, como en esta ocasión, la cita encontrada en un libro. De la misma manera que la caída de una manzana, mientras conversaba con su amigo William Stukeley, fue lo que hizo que Newton postulara la Ley de la Gravitación Universal; sorpresivamente, encuentro su proposición a modo de juego de palabras y me cae, dicho coloquialmente, como una breva (entre frutos andan las verdades). Estos días me embargaba esa tristeza insolente y a la vez creativa: insolente porque me recuerda que aún no he encontrado mi fin último, creativa porque expresa y me enseña que lo importante es el viaje no la cima. He venido a este mundo a amar y es el amor mi maestro severo y tierno a un mismo tiempo, todo lo demás es importante pero solo en la medida en que dé rienda suelta a ese amor. En este viaje he conocido gente maravillosa, perenne y caduca; he descubierto mi vocación en forma de caleidoscopio; y el amor ha elegido manifestarse a través mía de diversas maneras y con diferente espíritu..., pero aún no he encontrado al "cómplice", al "compañero" (del latín "el que come su pan con..."). En esta ocasión, la respuesta me ha venido de la mano de Newton. Su aforismo hace referencia, muy probablemente, al proceso creativo que desemboca en un descubrimiento científico, pero convendréis conmigo que es aplicable a cualquier faceta de nuestras vidas, a cada una de nuestras búsquedas y latidos en este viaje inefable que nos lleva a nuestro propio encuentro a través de todo aquello que "aparentemente" está fuera de nosotros.


foto y texto: Virginova

miércoles, 12 de noviembre de 2008

DESNUDOS


Qué os puedo decir de Juan Gelman... Hay poetas de los que me parece insensato hablar, tratar de describir su intencionalidad, estilo, trayectoria... Podría hacerlo, pero hay casos en los que la desnudez es tan absoluta que es mejor leerlos y callar, dejar que nos traspasen y abandonarnos al abismo "humano, demasiado humano" que nos proponen. Os dejo cuatro diamantes de su poemario "Mundar". La autora y tutora de este blog no se responsabiliza de los posibles efectos secundarios, por no hablar de los primarios.


VOLVER

El pasado vuelve cuando
desaparece. Vacíos que lloran
en sus países
y en arrabales interiores gritan.
¿Qué vale la cerviz golpeada mucho?
Oh cuerpos que navegan
la sangre todavía y en
el viejo amor se juntan.
El miedo en rostros ya tocados
es piedra que repite su piedra.
Se hinchan los ojos con
las cobardías de este tiempo,
sentadas
en sillas de su olvido.



CALLAR

Una ola de amor que
va de mi cuerpo al tuyo es
una humana canción.
No canta, vuela entre
tu boca y mi verano
bajo tu sol. El calendario no
tiene esta noche o fecha en su papel.
El manantial de vos
cae como vino en la copa
y el mundo calla sus desastres.
Gracias, mundo, por no ser más que mundo
Y ninguna otra cosa.

LEJANÍAS

La mecánica del alma no
significa estar
adentro. Caminar, respirar, ver,
escuchar, los demás,
no significa estar fuera.
El dentrofuera es un temblor tardío
y está ahí:
en una lejanía
que mece con
palabras que vencieron al fuego.

LA CAMA

En la cama semidesierta yace
tu aroma azul. Mis manos
tropiezan con
el vacío/tu rostro.